Este domingo celebramos una nueva actividad abierta a toda la comunidad, esta vez en Potrero de los Funes: Gratiferia y algunos talleres libres (sin coste) relacionados con la permacultura. La idea es, de a poquito, ir apropiándonos de la plaza, transformándola y convirtiéndola en un punto de encuentro abierto desde el que articular diferentes proyectos comunitarios como una biblioteca de las cosas y un café de reparaciones (aún es pronto para un rural hacklab aunque ya está en marcha la publicació de un fanzine tekno rural). También estamos trabajando para construir una plataforma low tech tipo StreetBank para poder organizarnos en red, más allá de las quedadas, que pronto van a ser semanales…
A todo esto, y buscando referencias, me llamó la atención una iniciativa de l’Àrea Metropolitana de Barcelona que con el objetivo de evitar la generación de residuos ha proyectado un servicio inspirado en este tipo de iniciativas ciudadanas mencionadas anteriormente…¿Conoceran también Green Electronics Challenge?
No critico esta iniciativa, al revés, todo suma y además hay algunos videotutoriales interesantes (como otros tantos en youtube). Simplemente reflexionaba acerca del peligro que sea una institución (como la AMB) la que capitanee iniciativas de este tipo, con programita en la tele pública incluido. Ya que a mi modo de ver, por un lado es contradictorio promover nuevas formas (“alternativas”) de organización a través del mainstream de viejos canales; y por el otro hay el peligro de que las instituciones «fagociten» estos procesos horizontales autoorganizados. Que los condicionen, enmarcándolos en planes estratégicos…. hasta eliminar cualquier signo de individualidad-singularidad.
Es como anunciar una rave (freetekno) en una discoteca: Aunque se trate de una fiesta de música electrónica (y aunque sea gratis), nunca será una free party… Será un simulacro
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