Después de un fugaz viaje a Europa durante las navidades, ya de vuelta en Argentina, me preparo para arrancar un nuevo curso-año, cargado de motivaciones y proyectos de lo más esperanzadores. Una nueva aventura completamente dedicada a la educación y el aprendizaje, desde el convencimiento más profundo que los chicos deben liderar el cambio, y las TICs son las herramientas para escalarlo.
Queda claro que va a ser un año de transición, al menos para mi y para mis contextos.
Por un lado, otro año de UOC y universidades, instituciones formales. Y por el otro, experimentación y consolidación de prácticas transformadoras, disruptivas en cierto punto, que contribuyen a un cambio de paradigma.
Se puede decir que estoy, por un lado pulsando lo nuevo, y por el otro analizando este pulso desde el conocimiento tradicional. En transición, tejiendo redes de colaboración entre lo viejo y lo nuevo. Preparando, junto a los chicos, nuestra visión de futuro.
Hackea tu educación
He de crear mi propio sistema o seré esclavizado por el de algún otro, William Blake
Uno de los posts o artículos que más me gustaron e impactaron el año pasado, fue Jaque al sistema: Hackea tu educación. Sentí que muchos de los planteamientos y visiones eran compartidos. Me sentí identificado, aunque también me hizo darme cuenta que estoy experimentando un estado de transición.
Para mi, los argumentos de Seth Godin, Maria Popova, Grace Lewellyn o Dale Stephens plantean un punto de no retorno, hacia lo nuevo. De la misma manera que lo representan proyectos educativos libres que no tienen ningún interés en ser reconocidos por el estado.
Aceptar el homeschooling, desescolarización o educación en comunidad-red, como nuevo entorno natural de aprendizaje-desarollo. Eso es hacia lo que vamos, una referencia para mantener el rumbo y en lo que creo.
Aún así, el reto del 2013 fue arrancar un proyecto de escuelita, basada en pedagogías y metodologías no-formales o libres, donde los papá se involucraran y realmente se hicieran cargo de la educación de sus hijos. En este caso, actuamos como acompañantes (guías) de los chicos y en mi caso también como tallerista. A la vez que participamos, a modo de consultoría, en la definición del proyecto educativo, contemplando las demandas del grupo de padres.
Finalmente, se definió un proyecto experimental que enmarcaba la escuela como una escuela digital experimental pública de gestión privada reconocida por el Ministerio Argentino de Educación. Una fórmula que si bien se abría a la personalización, la escuela-sin-paredes, el enraizamiento con la naturaleza y el acompañamiento emocional, no conseguía -el grupo de padres- dejar de sentirse presionado por la curricula, y por la necesidad de reconocimiento del estado.
Un modelo que por un lado nos ha permitido tener convenios con instituciones, organizaciones y universidades, pero por el otro, nos ha condicionado (el Estado), en el desarrollo de los chicos.
Así que, además de seguir con la escuelita, este 2014 de transición estamos trabajando para abrir diferentes espacios extraescolares-no-formales, más cercanos a los hacklabs, open spaces, escuelas-bosque o campamentos de innovación… Espacios liberados y abiertos, de empoderamiento. Sin lugar para los viejos miedos.
Propuestas, que a la vez nos permitiran llegar a más personas que quieren emprender una transición, pero aún no se atreven a no escolarizar a sus hijos. Pero sobre todo, propuestas no condicionadas por ningún estado, ni ninguna curricula. Entornos natuales de interdidactas.
A la vez, estos nuevos proyectos servirán para experimentar y poner en práctica herramientas digitales para el aprendizaje, una cuestión en la que hace tiempo que estoy trabajando y que este año espero compartir con el laboratorio DHARMA.
No podia terminar esta declaración de principios este post sin una lista de vídeos inspiradores. Referencias donde los chicos son los protagonistas, que se proyectan como los nuevos horizontes.